Brazzers – Octavia Red – Un romance con mi profesora de piano.
Ella se tumbó boca arriba y extendió un brazo hacia él. La habitación se volvió más tensa en cuanto se acomodaron, el aire cargado con la embriagadora mezcla de perfume, risas y algo mucho más peligroso. "Sí que lo hace". Los ojos de John brillaron de cariño por su hija. Larry se movió ligeramente hacia arriba, tomó su clítoris en su boca y lo chupó. Sus ojos ardían con una intensidad a la vez desconcertante y estimulante, una promesa silenciosa hablada en el lenguaje del deseo. Deslizando dos dedos de nuevo en su coño, pronto la hizo correrse de nuevo. "No hasta que hable con Larry".
Los demás asintieron, un pacto silencioso se formó en la habitación en penumbra. Ya no era el hombre agobiado por la pérdida; era un hombre que redescubría la alegría de vivir. No podía permitirse derrumbarse ahora, no cuando las cosas con Cheyenne se habían vuelto tan candentes, tan embriagadoramente vivas. La ausencia de Larry los dejó libres para explorar el tesoro de su difunta esposa, escondido en el fondo de su armario. En silencio, ella tomó su mano y lo condujo hacia la sala de estar, donde la luz de la mañana pintaba las paredes de tonos ámbar. "Oh, mierda, eso es tan sexy", salió de Asley. Nadie le había hablado así antes. Cuando ella gimió, él aprovechó la oportunidad, clavó su lengua rígida y comenzó a comerle el culo. Era una invitación a sentir, a despertar, a vivir en la amplitud de un momento donde el pasado no tenía por qué ser un grillete, sino un trampolín hacia algo nuevo, algo sanador, algo profundamente vivo.
