Dane Jones – Gia Tvoricceli – Libera mi coño y luego llénalo.
Había ascendido unos dos kilómetros sobre la superficie del planeta cuando me di cuenta de que algo andaba mal. Miré hacia arriba y vi que estaba llena de agua tibia cubierta de espuma, y una esponja con forma de corazón estaba en el borde de la bañera. La reconocí al instante: una esponja igual a la de mi abuela. No me desmayé, pero el esfuerzo me agotó, así que volví a tumbarme boca arriba en el suelo pedregoso y polvoriento. Durante todo ese tiempo solo comeremos leche y miel, así que seguro que tendremos sed al cabo de un rato. Cuando recobré la consciencia, estaba tumbado boca arriba sobre una superficie dura con unas rocas rojizas en el límite de mi campo de visión. Estaba en una bañera con espuma rosa y asas doradas en medio de un paisaje apocalíptico: fragmentos de la lanzadera esparcidos por las rocas rojas, Pauline muerta y yo, presa de absurdas alucinaciones. "Esto no es el cielo", dije, y sin darme cuenta recordé la Biblia infantil que mi abuela solía leerme y las coloridas ilustraciones del libro. Apareció, me desvestí y me metí en el agua, y me sentí tan bien que decidí que definitivamente estaba en el cielo. Solo me detuve cuando me di cuenta de que estaba leyendo la vieja Biblia infantil. Entonces dije:
"Estoy seguro de que había un arroyo de agua clara más allá del arroyo de miel.
