Pornworld – La amante de la BBC Emily Pink estira su coño y culo con enormes consoladores negros antes de disfrutar del verdadero negocio Gp3249.
La sensual Emily Pink está de humor para divertirse, por lo que se filma con lencería negra reveladora. equipo de teamkeet Provoca a la cámara con movimientos seductores antes de desnudarse para explorar una de sus fantasías más intensas. Tras una agradable ducha caliente con jabón, Emily se unta aceite en las tetas y el culo, y añade un enorme consolador negro. Desafía sus límites y se estira el culo mientras se desliza sobre él, y luego intensifica aún más las cosas al coger otro consolador y llenarse el coño y el culo a la vez. Mientras se juguetea con sus agujeros, Emily piensa en sus amigos, Darrell y Jesus. Emily por fin pone sus manos en sus pollas negras y les hace una mamada descuidada antes de dejar que le llenen el coño y el culo hasta el fondo.
Su mirada atravesó la penumbra, buscando alguna señal del hombre que una vez fue el ancla del barrio. "Solo me aseguro de que no te sientas demasiado abrumado ni nada".
"Abrumado, sí", dijo Larry, apartando la mirada por fin del magnetismo de su piel para encontrar consuelo en el diseño menos complejo de las baldosas. Ella le lubricó la raja del culo y la mano, moviéndola lentamente de arriba abajo y presionando su ano al pasar sobre ella. "Vamos, Larry", lo persuadió, su voz penetrando la niebla que se había instalado en su mente. En ese momento, ella parecía menos una intrusa y más un faro, guiándolo hacia una vida donde el placer no estuviera enterrado con los muertos. Sus hombros no estaban tan hundidos, su mirada no tan distante. Lo reconoció, aunque lentamente, y murmuró: "¿Cheyenne?".
Su nombre, la confirmación de que aún conservaba algo de su antiguo yo, fue como música para sus oídos. Luego, añadió lubricante al consolador con correa y comenzó a introducirlo lentamente en su cuerpo. La ropa colgaba suelta sobre su demacrada figura, testimonio del peso que había perdido desde que ella lo dejó... Se miró al espejo, se cepilló el pelo, se puso unas sandalias y salió por la puerta. Larry supo por qué estaban erectas cuando tomó la foto con su cámara Canon DSLR. Un mechón de pelo mojado se le pegaba a la mejilla, y la mano de Larry se crispó con la inesperada necesidad de apartarlo, de sentir la humedad en las yemas de sus dedos.
