Lecciones de squirting de una milf tetona que domina y ahoga a un semental afortunado en el jugo de su coño. Miró al suelo y vio un charco de sangre que se acercaba lentamente a ella. Rodeó la mesa, con cuidado de no mancharse los zapatos. Una vez que haya salido sano y salvo, ve a la sala de vigilancia y retira cualquier evidencia de manipulación. "Estoy bien".
—Tonterías —dijo Amber—. Tú no eres Bianca —dijo él, deteniéndose en seco al mirarla confundido—. ¿Qué banco es?
Phillip dudó. "Estoy bien."
—Tonterías —dijo Amber—. ¿Puedo preguntar por qué lo mataste?
Amber se acercó al cuerpo y limpió el bolígrafo que sobresalía del cuello, eliminando cualquier posibilidad de huellas dactilares. La puerta se cerró tras él y la cerradura hizo clic. "Muy bien", dijo Amber mientras revisaba la información del banco en su teléfono. Llevaba una blusa con el escote justo lo suficiente para mostrar un poco; era su segunda mejor virtud. La llevaba con raya al lado, con un flequillo largo recogido tras la oreja. "Gracias", dijo Amber, sonriéndole levemente. Un agente manejaba el escáner mientras una mujer y otro hombre esperaban a que se acercara. "Señor... Sí. Han expresado interés en llenar el vacío dejado por el... ehm... fallecimiento de su compañero".
—Gracias —dijo Castor, sin moverse—. Ah. —¿Y qué haces aquí? —preguntó el agente. Tenía el pelo corto entrecano y barba incipiente. —Eso... no debería importar, ¿verdad?
“Normalmente, no”, dijo Amber.