Evil Angel – Payton Preslee – Enorme follada de tetas y mamada.
La tetona porno Payton Preslee se burla con lencería ajustada, haciendo alarde de sus grandes tetas aceitadas y su gruesa figura. Bangbros La estrella tatuada sacude su culo, se quita la parte de arriba y nos cuenta lo que viene. Payton se lame los labios mientras habla sucio, hablando de su insaciable necesidad de semen caliente y pegajoso. El semental Milan Ponjevic interviene; Payton lo masturba y luego le mete su gran polla en la garganta. La baba gotea de sus bonitos labios rojos mientras chupa, ¡y la pervertida le lame el ano lascivamente! ¡El director Jonni Darkko interviene, convirtiendo esto en un trío oral! ¡Una doble mamada desagradable presenta un intenso escariado de garganta y múltiples rondas de follada de tetas empapadas de saliva! Para el clímax, Payton sostiene un vaso para capturar el exceso de semen, diciendo: "¡Soy una puta de esperma!" mientras los chicos se preparan para bañarla con recompensas faciales de semen lechoso. Milan es el primero en eyacular, con Jonni siguiendo su ejemplo; ambas erecciones cubren la cara de Payton con chorros de semen pegajoso. ¡Jonni usa su vara para recoger el semen sobrante en la boca de Payton, y ella se lo traga!
Paso a paso. La colocaron en el otro extremo del sofá, empujándola hasta las rodillas sobre los cojines. Era una visión que exigía reverencia y adoración por parte de Meredith. La creciente humedad de las bragas de Meredith era palpable; la tela se adhería y estiraba con cada paso de los dedos de Heather. Su otra mano continuó masajeando sensualmente el brazo de Meredith, pellizcando y amasando la suave carne. Los ojos de Meredith se abrieron de par en par con horror absoluto mientras recorrían los cuerpos musculosos y desnudos de los jugadores de fútbol y se fijaban en sus enormes y palpitantes erecciones. Los ojos de Heather estaban llenos de lujuria. La mano libre de Heather agarró la cadera de Meredith, sujetándola firmemente mientras se deleitaba con ella. Meredith abrió la boca apenas un poco, pero no la interrumpió. Mientras Meredith permanecía inmóvil, paralizada por la vacilación y la repulsión, Heather dejó escapar un siseo impaciente entre dientes. Nunca se había sentido tan vulnerable, tan completamente impotente y expuesta. Sus ojos, abiertos y desenfocados, miraban a Heather con una mezcla de miedo, fascinación y lujuria indeseada, las pestañas oscuras pegadas por la humedad. Su cuerpo tiembla e intenta desesperadamente cerrar las piernas, para conservar un atisbo de modestia y dignidad, pero la posición las obliga a permanecer vergonzosamente abiertas. La habitación se sentía sin aire, la tensión era tan densa que resultaba sofocante. "Vamos, Meredith", dijo Heather. Sus papilas gustativas estallaron con el desconocido y penetrante sabor de la excitación de Heather.
